Maldigo las horas muertas,
Las dudas que me asaltan,
Que quiebran mi cabeza.
Maldigo tus palabras,
Tus silencios,
Tus miradas,
Que lejos de hacer bien,
Todas van envenenadas.
Aléjate, déjame arder.
Y ahora,
Pequeña Fiametta,
Tráeme la paz
Montada en bicicleta,
Tráeme el verano,
Con su sol, su calor,
Los paseos de tu mano,
Las tardes de amor,
De sueño,
de sentirme querido,
amado.
Ven pronto, pequeña.
He de partir,
Con los ecos del silencio,
A otro lugar,
Más allá de tus besos,
Donde no cercan tus brazos
Mi pecho,
Donde no encuentro tu sonrisa,
Donde me siento maltrecho.
F.
lunes, 19 de julio de 2010
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