Esos labios, que no albergan mentiras,
esos ojos, que miran a escondidas,
Préstame tus noches.
Regálame tus días.
Quisiera ser tu tarde cálida de primavera,
tu noche de invierno fría,
quien vele tus silencios
cuando te quedes dormida,
el rayo de sol,
que nazca al alba en tu sonrisa.
Solo un minuto,
dame tu vida.
F
sábado, 26 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario