Llévame a la orilla, caminemos.
Quédate en silencio, que nos sobra el tiempo.
Aquí nunca es tarde ni temprano,
aquí, sólo eres tú.
Me desentiendo de los ruidos, de las normas,
de sus gritos, de sus formas.
Ya estoy listo, me llevo el corazón
con sus cosas, vámonos.
F.
sábado, 26 de junio de 2010
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